Por que mi perro se come su excremento (Sobre porque mi perro come caca)

Indice temático del artículo:

1. Sobre porque mi perro come caca
2. Remedios sobre el porque mi perro se come la caca
3. Cuando consultar al veterinario si el perro se come su caca

1. Sobre porque mi perro come caca


Siempre ha sabido que su perro era un animal voraz, pero ¿cómo ha caído tan bajo? ¿Desayuna en la caja de arena del gato? ¡Increíble!

Nadie sabe por qué, pero muchos perros adquieren este desagradable hábito de comer caca al que los veterinarios designan de manera elegante por su nombre griego: coprofagia. En castellano quiere decir (comer caca), y lo cierto es que cuando un perro adopta esta costumbre, resulta difícil tenerlo.

Los veterinarios suponen que algunos perros comienzan a comer caca (propia o ajena) por puro aburrimiento o porque buscan nutrientes que no les proporciona su dieta. A otros sencillamente les gusta el sabor.

Los gatos no llegan a estos extremos, quizá porque son más refinados que sus amigos caninos.

Sin embargo, la mayoría de los perros lo hacen de vez en cuando. Es un problema muy común.

Aunque la costumbre de comer excrementos no suele entrañar ningún riesgo para la salud, no es agradable convivir con un perro que lo hace. He aquí lo que recomiendan los expertos para cambiar sus gustos al porque mi perro se come la caca.

2. Remedios sobre el porque mi perro se come la caca


Ingestión de excrementos. 13 remedios para evitar que el perro se coma la caca


  • Déle suplementos para perros. Algunos veterinarios creen que los perros empiezan a comer excremento cuando su dieta no tiene las vitaminas o los minerales que necesitan. Añada un suplemento polivitamínico y mineral a sus alimentos para asegurarse de que recibe el aporte necesario de nutrientes.

  • Retire la tentación. Si su perro busca un tentempié, es muy probable que la cubeta de arena del gato le parezca tentadora. En consecuencia, ponga la caja en un sitio al que el gato pueda acceder con facilidad, pero el perro no (por ejemplo, detrás de un armario).

  • Instale una puerta privada para el perro. Otra forma de mantener la cubeta de arena fuera del alcance del perro es ponerla en una habitación o trastero equipado con una puerta para gatos. Pero asegúrese de que la puerta sea lo bastante pequeña para impedir el paso a visitas no autorizadas.

  • Ponga un cerrojo. Para evitar que el perro entre en el (lavabo) del gato, ponga un cerrojo con cadena en la habitación donde guarda la caja de arena. Fije la cadena de modo que la puerta se abra lo suficiente para que pueda pasar el gato, pero no el perro.

  • Camufle la caja de arena. Si no quiere mover la cubeta del gato, reemplácela por una cubierta, donde el gato tendrá que entrar para hacer sus necesidades. Estas cajas suelen tener la puerta del tamaño de un gato y un filtro de carbón que absorbe los olores.

  • Añada especias. A los perros no les gustan los sabores picantes, así que rociar los excrementos con un poco de pimienta de cayena —ya sea en la cubeta de arena o en el jardín— les ayudará a desterrar este desagradable hábito.

Algunos perros acaban asociando el olor de la pimienta con el sabor de los excrementos. De hecho, si repite esta operación con regularidad, el animal aprenderá que es conveniente limitarse a comer lo que le sirven en su plato.

  • Cambie el sabor. Algunos perros se aficionan al sabor de sus propios excrementos. Para cortar el círculo vicioso, los veterinarios recomiendan darles unos polvos que dan a los excrementos un sabor que resulta muy desagradable al paladar de los perros. Se vende en clínicas veterinarias y tiendas de artículos para animales de compañía.

Con un poco de suerte, el animal asociará el sabor desagradable con sus excrementos y abandonará su costumbre. Si reincide, déle otra dosis de polvos. Con el tiempo, captará el mensaje.

  • Persíga al perro con una pala. Si su perro persiste en sus hábitos, la mejor solución puede ser limpiar sus excrementos (o los de otros animales) antes de que caiga en la tentación.

  • Envíele una señal al perro. Si su perro lleva mucho tiempo comiendo excrementos, es probable que el veterinario le recomiende un collar de control remoto, que atrae su atención mediante un pitido agudo.

Cuando empiece a comer, puede hacerlo cambiar de idea activando la señal. Algunos perros abandonan el hábito para siempre después de cuatro o cinco (recordatorios). Pero asegúrese de reforzar la lección con muestras de afecto o una golosina cuando el animal dé la espalda a los (alimentos) prohibidos.

  • Lleve las riendas. Para enseñarle a distinguir lo bueno de lo malo, manténgalo amarrado con una correa incluso cuando pasea por su propio jardín. Si comienza a comer excremento, tire con fuerza de la correa y diga (¡No!).

Si lo riñe, el animal acabará asociando esta conducta con un sentimiento de ansiedad, lo que le ayudará a contenerse en el futuro.

  • Manténga ocupado a su perro. Algunos perros adquieren hábitos nocivos cuando se aburren. Si programa varias sesiones de juego durante el día, conseguirá mantener su mente alejada de actividades menos saludables.

Lo ideal es jugar con ellos 2 veces al día, durante unos 30 o 45 minutos. Muchos propietarios de perros dedican a sus animales apenas unos minutos diarios, un tiempo totalmente insuficiente para mantenerlos contentos.

  • Amplíe el surtido de juguetes. Si proporciona a su perro una variedad de juguetes divertidos, conseguirá desviar su atención de actividades nocivas. Por ejemplo, puede ofrecerle una pelota de tenis los lunes, un hueso de cuero los martes, un juguete de arrastrarse los miércoles, etc. Cuanto más ocupado esté, menos tiempo tendrá para meterse en líos.

  • Limite el tiempo de encierro del perro. Aunque muchos veterinarios recomiendan usar jaulas para enseñar al cachorro a hacer sus necesidades, es importante sacarlo a menudo y mantener la jaula limpia. De lo contrario, el perro se encargará de limpiarla de la única forma que conoce.

3. Cuando consultar al veterinario


Aunque la ingestión de excrementos es fundamentalmente un hábito desagradable para todo perro que no entraña grandes riesgos para la salud, en ocasiones puede ser indicio de otros problemas.

En los gatos, por ejemplo, es una costumbre extremadamente rara, que puede ser síntoma de parasitosis, pancreatitis o incluso leucemia felina. Por lo tanto, si su gato comienza a comer lo que no debe, consulte al veterinario lo antes posible.

Los perros pueden tener problemas si accidentalmente tragan grandes cantidades de arena para gatos, que podría causar obstrucciones intestinales. Además, al comer caca, el perro puede infectarse con parásitos, lo que con el tiempo podría provocar deficiencias nutricionales o pérdida de sangre. De modo que, si su perro tiene el hábito de comer caca y parece cansado o pierde peso, llévelo al veterinario cuanto antes.

Hemos visto sobre el porque mi perro se come la caca y 13 remedios para evitar que lo haga.


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